
Fotografía de Concha Laverán. Publicada en el nº50 de la revista Meridiam.
Nuestra protagonista, víctima de un pasado turbio inmerso en los bajos fondos de la novela de misterio, ha sido acusada de falta de escrúpulos morales y de dejar sin aliento a millones de lectoras y lectores incautos. La novela negra está dejando muchos cabos sueltos; es tan difícil dirimir su catadura literaria como eludir las pasiones que despierta.